Me consta que los estabais esperando, pues aqui lo teneis. Esto fue lo que declaro, el «amigo» Iñaki Merino Secretario General de FECOMA CCOO de Euskadi en el juicio en el que se despedía a Carlos.
Voy a hacer algunos comentarios sobre lo que dice Iñaki:
• El abogado del sindicato le pregunta si tiene poderes o tiene cuentas corrientes del sindicato y dijo que no. La respuesta sincera y cierta de Iñaki debió ser:
«Soy el único pringado que siendo secretario general no tengo poderes, ni cuenta corriente. Porque todos los secretarios generales de región o comunidad autónoma los tienen. Pero como no confían en mi me tienen castigado, pero es posible que hoy y aquí, en este juicio, haga meritos para que me los den»
En todo caso, si el, siendo el secretario general no manejaba cuentas, ni tenía poderes, imagínense el margen que tenía yo. Dijo la verdad pero manipulando el hecho relevante de que él es el único caso en FECOMA ESPAÑA.
• Le pregunta si el cese mío es solo como responsable de fecoma de Guipúzcoa.
Y él dice que “eso es lo que tiene entendido”. Jejeje.
• Luego le insisten en si la comunicación del cese lo he recibido de FECOMA Estatal.
Y él dice “me repite la pregunta”. No era tan difícil pero…
• Le vuelve a preguntar, ¿de quien recibe el cese el demandante?
Y él dice “FECOMA estatal le cesa de sus funciones y luego la ejecutiva de FECOMA EUSKADI decide que otro compañero se encargue porque el cargo del compañero Carlos deja de tener funciones de ser responsable territorial”
Yo me pregunto, pero ¿este hombre sabe lo que dice? Lo que ocurrió es que me dejaban de pagar el sueldo, pero quien me cesa como responsable de Guipúzcoa se supone que es quien me nombro y que yo sepa eso lo hizo la ejecutiva de Euskadi. Son dos cosas diferentes, sueldo por hacer churros (delegados) y participación de la asamblea de majaras que piensa sobre los churros y sus problemas.
• Iñaki se sigue explicando y dice que:
“necesitamos tener un responsable de Guipúzcoa que negocie convenios, atienda a los afiliados puesto que a Carlos le han cesado en sus funciones.”
Sigue metiendo la pata, porque él es el jefe del órgano que me cesa como responsable de Guipúzcoa.
Recordemos lo que ponía en la carta que me enviaron desde Madrid:
El secretariado de la Federación Estatal de Construcción, Madera y Afines de Comisiones Obreras (estatal) decide dar por concluida la relación de sindicalista con dedicación exclusiva que desde el 1 de julio de 2004 ha mantenido con esta Federación Estatal, procediendo con efectos del día 6 de octubre de 2006 a dejar sin efecto la compensación económica y la relación contractual de naturaleza asociativa que para estos casos establece el artículo 45.1 de los Estatutos de FECOMA-CC.OO.
Fecoma Estatal no me cesa como responsable sino que finaliza la (según ellos) relación de sindicalista con dedicación exclusiva dejando sin efecto la “compensación económica” que me abonaban. Lo gracioso de todo esto es que el propio abogado de FECOMA el que insiste en llevarle a este huerto a Iñaki. Todo para demostrar que yo era un “jefazo” del sindicato y que mi relación no era laboral.
• Le pregunta de nuevo, en este caso mi abogado ¿Quién cesa a Carlos?
Y él responde, “a Carlos le cesa quien le contrata, que es la federación estatal”
¿En qué quedamos?, ¿me cesan por un contrato, o me cesan por un cargo? Todas estas respuestas son la que avalaron al juez de primera instancia para afirmar que mi relación tenía dos niveles una de carácter laboral y otra de naturaleza asociativa.
• Le pregunta por mi pertenencia a la ejecutiva, consejo federal y consejo confederal de Euskadi.
Y él responde, “Carlos es miembro de todos esos órganos y seguirá siéndolo, porque ejercerá sus cargos “políticos” no su función de trabajo diario. Porque por ser de esos órganos no es implica cobrar del sindicato, excepto los gastos que se originen, de viaje, etc.”
Iñaki demostró que ser de la ejecutiva no implica ser un liberado del sindicato y que pertenecer a ese órgano de dirección es político no laboral. Nos hizo unos cuantos favores con su declaración, más allá de que evidentemente era testigo de la parte demandada.
Se confirmaba nuestra tesis. Cuando comencé a cobrar del sindicato no era miembro de ningún órgano de dirección. Posteriormente fui elegido. Pero no todos los que cobran del sindicato son de un órgano de dirección. Y sobre todo, dejaba de cobrar y seguía manteniendo mi pertenencia al órgano, por lo que lo que había que dilucidar era de carácter laboral.
• Le preguntan por el organigrama de la federación y el dice:
“cada territorio es libre porque conoce su realidad, alguna vez, pocas, nos reunimos la ejecutiva para hablar del trabajo” “Carlos puede hacer y deshacer dentro de unos cauces normales dentro de la federación y la confederación”.
La pregunta que me hago es ¿sobre qué podía decidir? Por ejemplo ¿podía comprar un mueble para la oficina o un ordenador? No, no se me permitía. ¿Podía aconsejar a un afiliado algo sobre sus problemas? Si, si que podía.
• Le preguntan sobre los cargos y en su respuesta aparte de liarse con el ministerio de asuntos exteriores que todavía me pregunto a que cuento venía dice:
“que eso de los cargos es una gran mentira, porque ese funcionamiento de cargos no existe en nuestra federación”. Detalla el personal que hay en cada territorio para indicar que lo que toca es el trabajo del día a día. Insiste en que “todas las actuaciones del día a día se hacían con toda la autonomía del mundo”
Vuelve a minusvalorar la relevancia de tener un cargo para poner en solfa que la relación es de trabajo aunque con capacidad propia para actuar. Se demuestra que lo que tenía que hacer era trabajar en la actividad sindical. Si hubiera tenido que hacer churros los hubiera hecho, con autonomía para hacerlos, pero haciendo churros en definitiva.
• Le pregunta si yo tenía capacidad para decidir si se firmaba o no un convenio y dice:
“decidimos de forma colegiada (sabrá lo que es colegiada) pero tiene cierta o casi toda la autonomía, casi el 99% de autonomía, siempre que utilice el sentido común y no firme nada por debajo de lo normal”
Finalmente lo que queda claro es que mi opinión era preferente pero no tenía la decisión final, porque me debía a un órgano colectivo, aunque él dice “colegiado”. Por cierto no tiene ni puta idea de ¿qué es colegiado?
CARLOS GONZALEZ ASTIZ.