Cambalachismo sindical.
Se veía venir. De nuevo los congresos expresan las miserias de algunos dirigentes sindicales. El 9º Congreso, pasa por ser de nuevo una vergüenza para las gentes honestas y coherentes. Lejos de dar continuidad a lo que se suponen que son sus posiciones sindicales, muchos dirigentes de CCOO se mueven estrictamente por sus intereses personales.
Me referiré a dos casos evidentes, por lo menos para mí. Creo que el tiempo me ha dado la razón. La operación de exterminación que se realizo en Guipúzcoa hace dos años fue un cambio de cromos, puro y duro. Fernando Serrano, a la sazón Secretario General de FECOMA ESPAÑA, me despidió de la responsabilidad de Guipúzcoa, producto del giro que tenía que dar para salvar su culo en el congreso que se acercaba. Se le acababa el chollazo de ser Secretario General de la federación que más dinero maneja y terriblemente influyente en la sociedad del ladrillo. Sus aspiraciones no han acabado ahí. Quería más. Y en el congreso anterior, el octavo, perdió, pero le daba igual. En este que venía, el noveno, era el importante. Y encima, por esas cosas de la vida, podía estar en el centro del huracán. Mejor dicho en el centro de la negociación. Mejor dicho, decidiendo quien es el jefe y por tanto a quien cobrar. Y Fernando Serrano, otra cosa no sabrá, pero cobrar, cobra siempre. Pagar no está claro, que sepa, porque a gente que le ha defendido no le ha costado ni despeinarse quitársela del medio si le interesaba.
Serrano, adalid de Rodolfo Benito en el anterior congreso, hoy le traiciona y se va con todas las tropas a por sopitas al rival, el señor Fidalgo. Visto lo visto, menos mal que me despidieron, a mí y a gente relacionada conmigo, porque si no lo hubieran hecho entonces lo hubieran hecho ahora. Mi coherencia me hubiera imposibilitado decirle “SI BWANA” a votarle a Fidalgo. De todas maneras, que Toxo se dé por jodido. Y veréis que “importante” va a ser Serrano, en la nueva dirección, dicho de otra manera, lo caro que va a cobrar su voto.
Exterminarnos tuvo que ver, con que en aquel momento el transito hacía la mayoría, hacia el calorcito, implicaba llevarse bien con la gente de la mayoría en Euskadi, Josu Onaindi, para más señas. Que entonces era de fidalgista, aunque él nos dirá que porque Toxo, lo era también. El pago previo para ganar amigos en Euskadi y por ende a otros niveles era quitar a los que molestaban y estorbaban. Y eso hizo. Sin más. Seguramente algún sindicalista pringadillo, que le molestaba a Serrano, quien sabe donde de la mayoría fidalgista pago los platos rotos, en no sé qué provincia española. CROMO por CROMO. CAMINOS DEL “SEÑOR”.
El otro amigo interesante es Josu. Un tío que se va, porque se hace mayor, o eso creo. Un tío esclavo de los metalúrgicos vasquista de CCOO que dirá “yo siempre he estado en el mismo sitio”. Pues no, has sido un mandado todo el tiempo que has sido Secretario General de CCOO de Euskadi. Y ahora no sabes ni donde estas, aunque algunos lo saben perfectamente…
Por cierto y como punto final. Ni Fidalgo, ni Toxo, aunque haya gente a la que apreció con Toxo. Son el mismo perro con diferente collar. Son intereses personales, no sindicales, y menos de clase. Para mí, Agustín Moreno, que por cierto se va. ¡¡¡¡Que gran Secretario General se ha perdido CCOO!!!
VIVA EL GENERALISIMO. (Me refiero a Fernando Serrano, no al otro, evidentemente)
Carlos Gonzalez Astiz, a 19 de diciembre de 2008.