He recibido este articulo publicado en el MUNDO y me ha parecido sorprendente cuando menos. Mucho purismo verbal pero luego…
Sindicalismo de marca
CCOO inserta publicidad de grandes empresas para financiar la edición de un cómic dirigido a inmigrantes
24-11-2008 – Los sindicalistas de hoy en día se atiborran de Coca-Cola, compran en El Corte Inglés y quedan en Vips a merendar. Al menos, ésa es la impresión que uno se lleva al leer el cómic que acaba de editar Comisiones Obreras (CCOO). En él, las siglas más famosas de la clase trabajadora aparecen en buena compañía con los logotipos de algunas de las multinacionales y empresas más potentes de España.
No sabemos qué diría al respecto Marcelino Camacho, pero, en los tiempos en los que existe hasta un perfume Che Guevara for men, no extraña que haya que recurrir al patrocinio de las grandes marcas. La globalización ha tocado con su varita mágica a CCOO, que, por primera vez en su historia, se ha servido de esta forma de financiación para sacar adelante una guía de buenas prácticas dirigida a los trabajadores inmigrantes.
El cómic, que se presentó ayer, advierte de los peligros de los cayucos y de las mafias, y explica las ventajas de la contratación en origen por la vía legal. Todo ello, aderezado con una buena dosis de publicidad subliminal: a las empresas anteriormente citadas se añaden Abengoa, Adecco, Carrefour, CEAC, la Confederación Española de Cajas de Ahorros, Iberia… Así, como si del escenario de Farmacia de Guardia se tratara, los senegaleses Ibrahim y Mamadú celebran, rodeados de logotipos, que al ecuatoriano Wilson le han concedido la reagrupación familiar. «Venga Wilson, tómate algo con nosotros», le insta el delegado sindical. «Bueno, gracias», responde éste. «Me tomaré también una Coca-Cola».
Y es que el márketing sindical (aunque implique cierto sindicapitalismo) adelanta que es una barbaridad. José María Martínez, secretario general de la Federación de Servicios Financieros y Administrativos del sindicato (COMFIA-CCOO), reconocía ayer que esta iniciativa puede «chocar», y más en este ámbito. «Pero, a cambio, al contribuyente no le ha costado un duro», argumentaba. «En vez de subvenciones públicas, hemos ofrecido posibilidad de patrocinio a las empresas que trabajan con nosotros, porque emplean a inmigrantes o les dan servicios. A nosotros no nos molesta que aparezcan empresas, siempre que tengan buenas prácticas».
Y no queda duda de que estas marcas son de fiar: el secretario general de CCOO, José María Fidalgo, las calificó como «empresas fuertes que han evidenciado que estos trabajadores pueden ser de primera».
El cómic tiene una tirada de 50.000 ejemplares. Los 9.000 euros que ha aportado cada una de las compañías han servido para pagar al guionista y a los dibujantes y para financiar la edición y la distribución del libro, que se va a presentar y repartir de forma gratuita en todas las comunidades autónomas. La Junta de Castilla-La Mancha también ha subvencionado el proyecto, que ha respaldado -no económicamente- el Ministerio de Trabajo e Inmigración.
Son nuevas formas para sobrevivir en estos tiempos de rebajas que corren. «Es mejor hacerlo así que no hacerlo», respondía Fidalgo cuando se le preguntaba si no creía que las viñetas del cómic tenían demasiados anuncios. «Los periódicos también se financian con publicidad».
Una «excelente herramienta», según Rumí
MADRID.- La secretaria de Estado de Inmigración y Emigración, Consuelo Rumí, rememoró ayer sus orígenes sindicalistas -«he pasado mucho tiempo en la trinchera»- para clausurar la jornada en la que se presentó el cómic de CCOO.
Ante un auditorio compuesto por afiliados al sindicato y empresarios a partes iguales, Rumí calificó el cómic de «excelente herramienta» y dijo que «constituye una auténtica pedagogía sobre la inmigración». «Les aconsejo que lo lean, van a pasar un rato agradable y muy ilustrativo sobre cuál es el modelo de gestión de la inmigración», aseguró.
Poco antes, un grupo de inmigrantes se había manifestado a las puertas del acto diciendo que «CCOO se ha vendido» y que «la realidad de la inmigración no es un cómic». Trabajadores extranjeros de comercio y hostelería denunciaron las condiciones laborales «precarias» y «de «bajos salarios» de algunas de las empresas que salen en la guía. Las acusaron de «explotar» a los trabajadores y de «violar» sus derechos y libertades.
OLGA R. SANMARTIN
El Mundo