¿Eres culpable por lo que haces antes, o por lo que haces después de sentenciado?

En el colmo de la desfachatez, ya he escuchado y tengo experiencia suficiente, que si haces tal o cual cosa, como reacción y a posteriori, contra una agresión directa, se justifica la agresión en si misma.

Me explico, pongamos por ejemplo, que te despiden, acusándote de “quiensabequecosas«, y les denuncias, los que te despidieron cuentan y dicen que “veis, como teníamos razón, en despedirla”. Me sigo explicando, si te despiden, y luego te reúnes con gente para denunciar la injusticia, los que te despidieron cuentan y dicen que “veis, como teníamos razón, en despedirla”. Continuo explicando, si te despide, y luego publicas a los cuatro vientos tu denuncia sobre lo que te han hecho, los que te despidieron cuentan y dicen que “veis, como teníamos razón, en despedirla”.

Menos mal, que la mayoría no somos tan estupidos de pensar que la gente es culpable por lo que hace a posteriori, después…, como reacción. En resumen, Culpable, cuando te juzgan y condenan, se es, por lo que has hecho antes de ser juzgado. De lo que hagas después, si quieren o pueden que vuelvan a juzgarte.

Lo digo, porque en estos días van a ocurrir cosas complejas, duras, difíciles, que algunos van a intentar convertir en razones de su barbarie.

Y lo digo, porque ya me paso a mí. Ya pasé por la experiencia de ser despedido y que se justificase el despido por lo que ocurrió después de que me despidieran. Y claro que ocurrieron cosas, por ejemplo que los delegados se cabrearon y se liaron la manta a la cabeza, y luego ocurrió lo gracioso, los que me despidieron contaron y dijeron que “veis, como teníamos razón para despedirlo”. Olvidándose de que lo que argumentaron para despedirme fue: que lo hacían por rojo (que es cierto), por aparatero (que es discutible) y por inútil (que no lo han demostrado).

Y también pase por otra experiencia. Que fue la de ver como algunos compañeros/as (digo compañeros/as porque eso creía yo) decían a mis espaldas, eso de “algo habrá hecho”, o “nunca sabremos toda la verdad”, o “hay algo muy oscuro en todo esto”. Y con eso y un bizcocho justificaban su “mirar para otro lado”. Se convertían en compañeros/as que juzgaban por ignorancia reconocida. «No sabemos y no contestamos, pero debe ser culpable«. Con eso de “algo habrá”, eres culpable… MANDA HUEVOS como decía aquel.

Y otra de las experiencias, que recuerdo perfectamente. Muchos y muchas me decían, “bueno, que te echen a ti, en parte es normal…” “pero que le echen a Ana, no puede ser porque se iba a montar una cojonuda”. Me decían, “tu eres peligroso, para algunos, pero Ana es una curranta del sindicato, nunca la van a tocar”. Bueno, me remataban, “aunque tiene un pequeño problema, que es que duerme contigo…” En fin, espero que os acordéis, vale…

Y venga, la última experiencia aprendida, que tiene que ver con que ya solo me voy a fiar del que haga algo, no del que hable mucho y no haga nada. Me tenéis que perdonar, pero es que la otra vez fue tan brutal el dolor que sentí, cuando el CAMARADA, (¿sabéis a quien me refiero? Tiene fama de chulapo madrileño) me traiciono vilmente. Ese que estuvo en todo el ajo, que participo, intervino, propuso y estuvo en todas las reuniones para combatir la tropelía que se había cometido, y que cuando había que poner los huev… encima de la mesa, salió corriendo diciendo, “es que yo no me enterado de nada de lo que querían hacer estos niños” y cuando había suficientes testigos para demostrar que sabía todo, empezó a decir que “él estaba alli porque es una buena persona y quería ayudar, pero no estaba de acuerdo con lo que deciamos”. En fin, traidores los justos. Que alguien quiere hacer algo contra la barbaridad cometida contra Ana, que lo haga, que alguien no quiere hacer nada, pues también, no pasa nada, pero traiciones nunca más, por favor. Que joden mucho, de verdad.

Y ahora si, termino. Mi más sentido homenaje y agradecimiento a dos tipos que pusieron todo lo que había que poner, incluso su puesto de trabajo, cuando me despidieron a mi. A Jorge y a Oscar, Gracias amigos. ¿A ver que hace la «amiga» que va a ocupar el puesto de Ana?

Carlos Gonzalez Astiz

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